Temperatura interior
Como lo que se busca es una garantía en cuanto al rendimiento frigorífico del sistema, es importante ser preciso sobre dónde se mide la temperatura. Marel ha optado por la temperatura central, el punto más caliente del músculo de la pechuga. Algunos proveedores garantizan una temperatura "media", que es totalmente diferente, ya que incluye las superficies, que se enfrían mucho más rápidamente. Las leyes de la física determinarán el tiempo necesario para enfriar los productos a la temperatura necesaria; los productos más pesados necesitarán más tiempo que los más ligeros.
La legislación local también desempeña su papel, ya que influirá en el método de refrigeración elegido. En la Unión Europea, por ejemplo, si un producto se vende fresco, debe refrigerarse con aire. Sin embargo, los productos refrigerados por inmersión en agua no pueden venderse frescos.
De hidrofóbico a hidrofílico
Si no se toman medidas, puede perderse hasta un 3 % de rendimiento al enfriar con aire. Esto se debe a que la piel seca es hidrofóbica, lo que significa que no le gusta el agua. Marel supera este fenómeno rociando una fina película de humedad sobre las superficies interiores y exteriores durante la refrigeración, haciendo que estas superficies sean hidrofílicas (que atraigan el agua). Esta película debe permanecer intacta durante la mayor parte del proceso, evaporándose el agua de la película y no del propio producto. Esto reduce la pérdida de rendimiento normalmente a medio punto porcentual. Sin embargo, por razones de conservación, los productos que salen de la instalación de refrigeración deben estar lo más secos posible. Las bacterias prosperan en el agua y viven sólo en la piel, ya que la carne subyacente es estéril. Por lo tanto, la pulverización debe cesar a tiempo.