El aspecto es la clave
El aspecto de una hamburguesa, tanto en estado crudo como cocinado, influye mucho en el proceso de decisión del comprador y es muy importante para su satisfacción general.
La mayoría de las hamburguesas tienen una forma redonda u ovalada, pero algunas tienen bordes rectos y afilados, mientras que otras son más rústicas, con una forma más rugosa y voluminosa. La elección de la forma preferida depende de las preferencias personales de cada uno.
Tras cocinarse, la hamburguesa debe seguir teniendo un aspecto atractivo y es importante que mantenga un tamaño similar. Al cocinarse una hamburguesa, las fibras de colágeno se retraen, pero es posible garantizar que ese encogimiento se minimice visualmente controlando la orientación de las fibras de colágeno durante el procesamiento y dirigiéndolas en dirección vertical. Al cocinarse la hamburguesa, la reducción será entonces en altura y no en diámetro. Esto significa que su tamaño será similar antes y después de la preparación, lo que ofrece al consumidor una experiencia óptima después de la compra.