SensorX adapta automáticamente el nivel de detección ósea en función del grosor del producto específico.
En los últimos veinte años, la principal preocupación de los procesadores ha sido eliminar los huesos residuales de los productos deshuesados. En respuesta a este reto, Marel introdujo SensorX en 2007, el primer sistema que detecta y rechaza de forma fiable los productos contaminados con hueso. Desde entonces, SensorX es la referencia para la inspección de huesos en la industria avícola.
Preciso, constante y eficiente
Dos factores explican el éxito continuado de SensorX. En primer lugar, el enfoque de Marel respecto a la inspección de huesos, que ha consistido en detectar y eliminar los huesos residuales en las primeras fases del proceso. De este modo se evita que los huesos se transfieran a etapas posteriores del proceso. Además, el objetivo de SensorX siempre ha sido detectar y eliminar de forma eficaz y constante los huesos críticos o más peligrosos. El resultado es un sistema preciso, constante y eficiente. Preciso en el sentido de que se detecta el 99 % de todos los productos con fragmentos óseos bien calcificados (mayores de 2 mm) y que no más del 3 % de las detecciones son inexactas (falsos positivos). Una menor tasa de falsos positivos garantiza que no se desperdicie un valioso trabajo buscando huesos donde no los hay. Constante, ya que todos los productos detectados con hueso residual se expulsan siempre del flujo de productos, día tras día. SensorX es eficiente, requiere un número mínimo de operadores y ofrece una logística óptima para encaminar los productos rechazados y aprobados a sus respectivos destinos. Además, el software inteligente garantiza que las calibraciones se realicen sin interrumpir la producción.