El lodo se introduce en la cubeta y se desplaza a través de la cubeta cónica inclinada con la rotación del tornillo. La parte sólida es deshidratada por los discos en movimiento, mientras que el agua sale entre los huecos de los discos. Los sólidos pierden más agua mientras se mueven por la cubeta, gracias a la presión generada por la forma cónica. El último sector de la cubeta genera agua más fangosa que se recoge en un depósito específico y puede ser bombeada de nuevo al depósito de condensación. El agua a presión se rocía en el tambor, automáticamente a intervalos periódicos para su limpieza. Si la carga de sólidos cambia, el cono de presión ajusta automáticamente la tasa de compresión para mantener constante la sequedad requerida.

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